El peso del pecado: Lo que impide acercarte a Dios
Un predicador había acabado de compartir el Evangelio ante una gran cantidad de personas y estaba invitando a los oyentes a buscar de Dios, cuando un joven exclamó:
Usted habla del peso del pecado. Yo no lo siento. ¿Cuánto pesa? Veinte kilos, cien kilos?
Dígame, le preguntó el predicador, si usted pusiera un peso de cien kilos sobre el pecho de un hombre muerto, lo sentiría él?
No, ya que esta muerto. Contestó el joven.
El predicador prosiguió: Pues bien, el hombre que no siente el peso del pecado es porque está espiritualmente MUERTO.
Cómo está tu vida hoy? Estás cargando con el peso del pecado que te impide acercarte a Dios y tener una vida plena? Ven a Jesús ahora!!! Solamente en Él podrás encontrar la paz que tu vida necesita.
- He muerto con Cristo y soy libre del poder del pecado (Romanos. 6: 7 – 8).
- He sido crucificado con Cristo. Ya no soy yo el que vive sino Cristo vive en mí. La vida que vivo en el cuerpo, la vivo por la fe en Jesús (Gálatas. 2: 20).
- Estoy muerto al pecado pero vivo para Cristo Jesús (Romanos. 6: 11).
- El pecado ya no tiene dominio sobre mí, porque no estoy bajo la ley sino bajo la gracia (Romanos. 6: 14).