La oración: El medio para hablar con Dios
Dios mío… a ti oraré… de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré. Salmo 5:2-3
Perseverad en la oración. Colosenses 4:2
«Papá, ¿podrías…?». Los niños que tienen un padre disponible son privilegiados, porque un papá sabe resolver muchos problemas.
Los cristianos, es decir, las personas que han aceptado a Jesucristo como su Salvador, pueden hablar libremente a Dios, su Padre celestial, por medio de la oración.
Podemos hacernos tres preguntas: ¿Dónde orar? ¿Cuándo orar? ¿Cómo orar? Las respuestas son sencillas y están en la Biblia.
-¿Dónde?: “Que los hombres oren en todo lugar” (1 Timoteo 2:8).
-¿Cuándo?: “Velad, pues, en todo tiempo orando” (Lucas 21:36).
-¿Cómo?: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia” (Hebreos 4:16).
En esto Jesucristo es nuestro modelo perfecto. A menudo lo vemos orando en los evangelios. Tomémoslo como ejemplo.
Cuando estemos confrontados a problemas aparentemente insolubles, cuando las inquietudes nos asalten o las preocupaciones nos sumerjan, sencillamente arrodillémonos para hablar a Dios, como el niño que se dirige a su padre. A Él podemos exponer con fe y fervor nuestras necesidades más profundas. Él conoce lo que queremos expresarle, pero le agrada oírnos, y en el momento oportuno responderá con bondad. En lo inmediato podremos experimentar su paz, sabiendo que nos ha escuchado.