¿Qué es la felicidad y cómo alcanzarla?
La felicidad es una inquietud básica y propia de todo ser humano. Consciente o inconscientemente se intentan formas variadas para que esa necesidad sea suplida. Muchos viven, tratando por todos los medios posibles, de alcanzar lo que ellos consideran es... esa Felicidad.
Algunos, confundidos y obsesionados, no razonan ni se detienen a analizar la forma de conseguirla. Para ellos basta la archi-famosa frase de Maquiavelo: "El fin justifica los medios". En su egocentrismo, no miran a quien afectan o perjudican, con tal de llenar el vacío que sienten en su interior. Pasan de una satisfacción a otra sin lograr entender que ese bienestar momentáneo es fugaz y pasajero, vano y sin resultados positivos que puedan permanecer.
Tal felicidad que se disfruta en determinado momento es un estado de ánimo condicionado directamente por las circunstancias. Si éstas cambian... se esfumó y desvaneció la dicha y la sensación de bienestar, que sabe Dios cuánto esfuerzo le tomó alcanzar. O sea, que tal dicha o felicidad preconcebida en la cabeza de muchos, es un espejismo y un anhelo inalcanzable que el mundo con todo su esplendor o persona alguna no podrán ofrecer jamás.
¿Podrán los bienes materiales brindar felicidad? ¿Habrá algún ser humano capaz de llenar a otro de dicha verdadera? Los logros y metas alcanzadas, ¿podrán en manera alguna suplir tal necesidad?
Hay tres (3) factores básicos, fundamentales e indispensables para que la felicidad añorada por todos sea alcanzada:
- Estar en paz con Dios
- Estar en paz consigo mismo(a)
- Estar en paz con el prójimo
El primer factor es el fundamento. "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo". Lucas 10:27. Y... para poder cumplir con ese primer requisito, la única manera dispuesta por Dios es... a través de Jesucristo.
Es Jesús quien nos acerca a Dios para hacer la paz con Él. O sea, que la pieza necesaria para alcanzar la verdadera Felicidad es, JESÚS de Nazaret. ¡Cuando Él llega al corazón... hay gozo y satisfacción a plenitud, a pesar de las circunstancias!
El resultado... Todo aquel que se siente feliz se complace en compartir su felicidad con los demás, sin hacer acepción de personas. Esta conclusión nos sitúa en posición de evaluarnos... contestando la siguiente pregunta:
¿Ha llegado a mi vida la verdadera felicidad?
Si no eres feliz es imposible que puedas compartir con los demás aquello de lo que careces, pues nadie puede dar lo que no tiene. Hoy es el día en que puedes llenar tu interior de ese bienestar permanente, no importando cual sea la situación que te rodee.
La persona, cuyo fundamento de vida es Jesús, es feliz y es bienaventurado, no por la ausencia de adversidades, sino, por la asistencia divina en cada una, la cual garantiza la Paz en medio del conflicto, sea de la naturaleza que sea. ¡Bendiciones!