Se necesita ser buen padre para criar a los hijos
Tenemos la tendencia de pensar que todo lo referente a los hijos es responsabilidad de la mujer, mientras que los negocios y el dinero son la nuestra. Estamos totalmente equivocados. Dios toma muy en serio el papel de padre. Al examinar las historias de Abraham y Elí, vemos que Dios pone la responsabilidad de la crianza de los hijos directamente sobre los hombros del padre. Hablando de Abraham, Dios declaró:
"Porque yo sé que mandará a sus hijos a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él". Génesis 18:19.
La bendición sobre Abraham estaba ligada directamente con su desarrollo como padre y la manera en que sembraba respeto y temor de Dios en la vida de sus hijos. Desafortunadamente, en la historia del profeta Elí, no se pudo dar esa misma bendición. Acerca de él, Dios dijo: "He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien oyere, le retiñirán ambos oídos. Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas". I Samuel 3:11-140.
¡Qué juicio tan fuerte! ¡Y todo porque Elí no tomó en serio su papel de padre! El pecado de sus hijos fue blasfemar contra Dios; el de Elí fue no hacer nada. Tal vez pensó que corregirlos era responsabilidad de su esposa o simplemente no le importó. Quizá estaba demasiado ocupado para tomar cartas en el asunto. En realidad no sabemos cual fue la excusa que tuvo Elí, lo que sí sabemos es el juicio que Dios decretó sobre él; un juicio que nunca sería quitado de su familia, por mucha oración, ayuno o sacrificios que se ofrecieran. No podemos darnos el lujo de negarnos a nuestra responsabilidad de padres y luego tratar de arreglar las cosas con Dios siendo piadosos. Él demanda de nosotros cumplir con nuestra responsabilidad de padres.
Antes de declarar el juicio sobre Elí, Dios dijo que el que oyere este juicio le reteñirían ambos oídos. Como hombres, tenemos que dejar que estas palabras retiñan en nuestros oídos. ¡Pongamos atención! La bendición o maldición de Dios sobre la vida de nuestros hijos depende de nuestro papel como padres. Que haya en nosotros la misma pasión por ser padres que la que tenemos por los negocios y los deportes, conscientes de que nuestra conducta no solamente afecta a nuestros hijos inmediatos, sino hasta la tercera y cuarta generación después de ellos, (Éxodo 34:7). Que nuestra herencia sea de bendición y no de maldición.
Miles de niños viven con un hombre en la casa a quien llaman papá, que se limita a proveer techo y comida. Dios demanda de nosotros mucho más. Nuestras familias nos necesitan. No hay ninguna otra persona sobre la faz de la tierra que pueda hacer un mejor papel con tus hijos como tú.
Si has fallado como padre, pídele perdón a Dios y a tu familia y toma los pasos correctivos que sean necesarios. Determina desde hoy ser un buen padre para tus hijos.
Escrito por Chris Richards.