Cómo superar el enojo en el matrimonio
Si queremos comenzar a practicar en el matrimonio y en la familia la habilidad y destreza de superar los problemas de pareja por causa del enojo, sin anular la capacidad dada por Dios para enojarnos, necesitamos comenzar a tratar los síntomas.
“Enojo raramente se expresa sin un argumento, pero raramente ese argumento es bueno” Halifax.
Síntomas que indican que es necesaria una acción restauradora en el matrimonio por causa del enojo.
El Primer síntoma se nota cuando usted o su cónyuge se cierra y no quiere hablar ni comunicarse con el otro. Esa luz roja no se puede ignorar. Así como usted no ignoraría una luz roja en el tablero de su carro de la misma manera es necesario detener el auto de nuestro matrimonio e indagar donde está lo errado que enciende esa luz roja.
El Segundo síntoma se nota cuando la tranquilidad marital es perturbada. Cuando no se siente seguro de compartir sentimientos o expresar necesidad con el cónyuge. Ignorar, ser indiferente o peor insensible no mejorará nada, sino que lo complicará.
Con madurez, decisión, compasión y sensibilidad necesitaremos comenzar a dar los pasos necesarios para saltar el vallado del enojo y así no sentirnos acorralados en nuestra relación de matrimonio y familia.
“ El enojo no hace que nada sea mejor, a excepción de la espalda del gato cuando hace un arco” Anónimo.
Cuando usted hiere a su cónyuge, confiéselo con humildad y repare el daño. El orgullo humano se levanta para impedirnos reconocer, lo cierto de todo, es que al fallar en lo profundo de nuestro ser sabemos que hemos hecho mal.
• Sea gentil– Un comportamiento suave echa fuera el enojo del cónyuge. La gentileza así como el enojo es una expresión dada por Dios. Podemos estar enojados sin tener que perder la gentileza.
• Tome toda la responsabilidad que le corresponde en el conflicto y no puntualice las faltas del otro. Si usted cree que su cónyuge tiene el 90% de responsabilidad en el conflicto, recuerde que usted es 100% responsable de su 10%, hágase responsable de ese 10%. Si nos quedamos esperando que sea el otro el que asuma responsabilidad por su 90% quizás esperaremos toda la vida, pero cuando asumimos nuestras responsabilidad por el 10%, ese 10% puede generar un milagro.
• Cuando su cónyuge lo hiera, decida perdonarlo y suéltelo en manos del Señor. El Perdón es el poder milagroso del Señor en acción. Por eso Jesús dijo en el Calvario: “ Padre, Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Al soltarlo en manos del Señor, usted también se libera de los efectos corrosivos del enojo y la amargura que envenenan su vida.
• No deje que Satanás tome ventaja sobre usted y su matrimonio. Actué rápidamente y repare la relación rota. Un descuido en esto de manejar correcto el enojo, podría iniciar un infección que podría agangrenar la relación del matrimonio. Mantener el enojo y rehusar perdonar es cómo comprar veneno para matar la rata, matarla y luego vivir con la hediondez el resto de la vida.
• Con la ayuda del Señor podemos saltar el vallado del enojo y crecer como personas Crecimiento personal no está aislado de la relación con otros. Los conflictos en el matrimonio son como los obstáculos en la pista de carrera de los matrimonios. Los obstáculos nos ayudan a desarrollar músculos emocionales y espirituales que nos permitirán llegar a la meta como campeones de la vida.