Deja de hablar malas palabras y renueva tu vocabulario hoy
El diccionario define “mala palabra” como: Una palabrota, palabra malsonante, palabra obscena, taco (en España), grosería (en Perú, Colombia, México, Venezuela y Paraguay), mala palabra (en la Argentina, México, Uruguay, Republica Dominicana, Guatemala), garabato, improperio, lisura (en el Perú), leperada, vulgaridad, maldición o disparate son términos comunes para designar a las palabras de lenguaje soez.
Es cierto que en algunas culturas, ciertas palabras son utilizadas para designar cosas que no son consideradas algo incorrecto. Esto es normal. Sin embargo todos sabemos cuando estamos hablando algo que no es correcto.
La Biblia dice en Efesios 4:31 “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”. La palabra “maledicencia” quiere decir “maldecir”. ¿Alguna vez has maldecido a alguien? ¿Has llamado a otra persona con palabras que no agradarían a Dios? ¿Eres de las personas que hablan con palabras soeces? Debes pensar en eso.
Cada uno de nosotros, dará cuentas de lo que hemos hablado en la tierra. ¿Crees que puedes llegar ante Dios y decirle que cada palabra que dijiste mientras vivías merece su felicitación y aprobación? “Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado. Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará.” Mateo 12:36-37
Piensa en lo que hablas. ¿Crees que tus palabras honran a Dios? “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío”. Salmos 19:14. ¿Aprobaría Dios cada palabra que hablas con tus amigos?
Quiero animarte a que renueves tu vocabulario HOY. Si últimamente has estado hablando de una forma que no es correcta, por “inocente” que parezca, no agrada a Dios. ¿Hablas de una manera cuando estás en la escuela, trabajo, universidad y de otra forma cuando estas frente a tus padres y en la iglesia?
“De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada? Hermanos míos, ¿acaso puede dar aceitunas una higuera o higos una vid? Pues tampoco una fuente de agua salada puede dar agua dulce”. Santiago 3:10-13.
Tu hablar debe ser constante. Tu forma de expresarte, debe honrar a Dios.