Brilla donde estés: Vosotros sois la luz del mundo
Vosotros sois la luz del mundo ;una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres. Mateo 5:14-16.
Brillar donde Dios te colocó.
Dios coloca a sus hijos aquí y allá en el mundo, como se colocan faroles en las calles de una ciudad. Pero al igual que las lámparas eléctricas, para dar luz es necesario estar en contacto con la fuente de energía.
El Señor Jesús advirtió a los suyos: “Separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). Evidentemente, las lámparas no se preocupan por el lugar donde fueron colocadas; lo importante es que den luz. El que las coloca en el lugar donde deben estar es el responsable.
En el sentido moral, la luz es la irradiación de la vida de Jesús en el mundo. Usted se halla en cierto vecindario, en un lugar de trabajo determinado, en condiciones que tal vez quisiera cambiar, pero que no son casuales. Dios lo colocó allí y sabe por qué lo hizo. Espera que usted reproduzca, y justamente en su entorno, las perfecciones morales de Jesús: bondad, humildad, dulzura, alegría, paciencia y abnegación.
Los que no leen la Palabra de Dios deben, de alguna manera, poder leerla mediante el testimonio de la vida de los creyentes. ¿Qué se necesita para esto? ¡Que la corriente pase! Permanecer en contacto con la fuente divina, mantener la comunión con el Padre y con el Hijo. La razón de ser del cristiano en la tierra es irradiar la luz de Cristo. ¡No faltemos, pues, a nuestra vocación!