El origen de la fiesta del carnaval
“A la risa la considero una locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven?” (Eclesiastés 2:2)
¿Cómo se originó el carnaval? Se cree que en Roma, cuando los reyes, tiraban la comida a sus subalternos y éstos entre sí como una gran diversión. La verdad es que hay distintas versiones.
Una historia acerca del carnaval dice: La celebración del carnaval tiene su origen probable en fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto.
Según algunos historiadores, los orígenes de las fiestas de carnaval se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5,000 años, con celebraciones similares en la época del Imperio Romano, desde donde se difundió la costumbre por Europa, siendo traído a América por los navegantes españoles y portugueses que nos colonizaron a partir del siglo XV.
El Carnaval "Cristiano"
La celebración del Carnaval es una de las fiestas más populares. Se celebra en los países que tienen tradición cristiana, precediendo a la cuaresma. Por lo general, en muchos lugares se celebra durante tres días, y se los designa con el nombre de carnestolendas, y son los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza, que es el día en que comienza la cuaresma en el Calendario Cristiano.
Se supone que el término carnaval proviene del latín medieval "carnelevarium", que significaba "quitar la carne" y que se refería a la prohibición religiosa de consumo de carne durante los cuarenta días que dura la cuaresma.
Hay países en que se comienza la celebración del carnaval en distintas fechas, como en algunos lugares de Alemania en que se inicia el 11 del 11 a las 11 horas 11 minutos. O los hay que lo comienzan no bien termina la Epifanía, el 6 de enero. En otros lugares es tradicional comenzar el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, y lo denominan Jueves Graso, como sucede en Italia.
Un carnaval del culto al dios momo, de placer y el erotismo, no debe ser practicado por el creyente en Cristo. Ni un carnaval salvaje al echar agua y otras cosas sucias al prójimo, sino se debe respetar a las personas y más bien aprovechar el tiempo para jugar sanamente, para orar, ir a un campamento, y hasta para reflexionar en esta frase:
“El carnaval del mundo engaña tanto a la gente, que aquí se aprende a reír con llanto y llorar a carcajadas”
En ciertos países en que el carnaval está muy arraigado como celebración popular, y ya alejada de su significado religioso, alargan los festejos a los fines de semana del mes de febrero y a veces el primer fin de semana de marzo.
El Carnaval en la Edad Media yen los Tiempos de la Colonia
En la Edad media, tan inflexible en los ayunos, abstinencias y cuaresmas, y con persecuciones a quienes no respetaban las normas religiosas, sin embargo, renació el carnaval y se continuó la tradición hasta la actualidad en muchos lugares del mundo. En esta época, se celebraba con juegos, banquetes, bailes y diversiones en general, con mucha comida y mucha bebida, con el objeto de enfrentar la abstinencia con el cuerpo bien fortalecido y preparado.
En la España de la época de la Conquista y la Colonia ya era costumbre durante el reinado de los Reyes Católicos disfrazarse en determinados días con el fin de gastar bromas en los lugares públicos. Más tarde, en 1523, Carlos I dictó una ley prohibiendo las máscaras y enmascarados. Del mismo modo, Felipe II también llevó a cabo una prohibición sobre máscaras. Fue Felipe IV, quien restauró el esplendor de las máscaras.
El Carnaval en los Tiempos Modernos
Hoy en día, hay lugares célebres por sus festejos tradicionales y espectaculares, que atraen al turista y al amante de las costumbres de cada sitio, como lo son el Carnaval de Río, el de Santa Cruz de Tenerife, el de Oruro en Bolivia, el de Corrientes en Argentina y el de República Dominicana, con sus distintas expresiones, desde el Vegano hasta el de Santo Domingo.
Se celebra en los distintos lugares de formas similares, pues siempre se presencian desfiles de carrozas, comparsas formadas por grupos de máscaras o bailarines vestidos con un mismo estilo que caracteriza a cada una de ellas, máscaras representando a distintos personajes reales o alegóricos, así como bailes de disfraces y diversión con cotillón, típico de esta fecha.
En algunos lugares se estila que las máscaras persigan a los paseantes con vejigas que se utilizan para asustan, dar golpes no demasiado fuertes, o hacer reír; en otros lugares es típico el uso de serpentinas, papel picado, espuma molesta, y hasta mojar con agua, en pomos, globos y recipientes. El antifaz moderno es un vestigio de las fiestas de Baco y Cibeles.
La Iglesia Católica, impuso un sistema religioso después del carnaval, el Miércoles de Ceniza, y comienzo de la cuaresma, una abstención de carne de res. La Biblia no prohíbe ni incita a caer en religiones humanas, uno puede y debe comer carne de vaca, y también dedicar tiempo para adorar a Dios.
No celebre la fiesta de “carnaval” dedique mas bien su vida al Señor Jesucristo.
ORACIÓN: Señor dedico mi vida para servirte, líbrame de prohibiciones absurdas y que disfrute de la vida y la comida. Por Alan López.