Las malas conversaciones: ¿Hablas cosas buenas o malas?
Es probable que usted, al leer o escuchar el título de este tema, se haya acordado de aquél pasaje bíblico donde el apóstol Pablo se expresa de la siguiente manera: “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” 1 Corintios 15:33.
Últimamente he notado que entre muchos cristianos (y no dudo que lo sean) hay una mala costumbre, que son las vulgaridades, obscenidades, palabras con doble sentido, groserías... en fin: ''Malas conversaciones''. A continuación vamos a ver cuán grave es esto y en qué manera afecta a la iglesia del Señor:
El Señor Jesucristo dijo: "Y cualquiera que diga le necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego". Mateo 5:22.
¿Sabes usted cuál es el significado de la palabra ''Necio''?. Es el siguiente: ''Ignorante, que no sabe lo que debería saber. Imprudente o falto de razón''.
¿Sabes usted lo que significa ''Fatuo''?. Significa: ''Falto de razón o entendimiento''.
Cuando le decimos a alguien: ''Tonto, bobo, torpe, bruto, ignorante, tosco, entre otros términos...'' nos estamos refiriendo a esa persona como fatuo. ¿Sabía usted eso?. Dice la palabra del Señor: ''La necedad está ligada al corazón del muchacho, mas la vara de la corrección la apartará de él'.' Proverbios 22:15.
El apóstol Pablo vuelve a hacer hincapié con respecto a este tema: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” Efesios 4:29. Y dijo también: "Pero hágase todo decentemente y con orden" 1 Corintios. 14:40. Ahora hágase una pregunta... ¿Son decentes las palabras de doble sentido o las groserías?.
Otro problema muy grave que se está presentando en la actualidad, lógicamente en la iglesia del Señor, es que en cada país hay un lenguaje coloquial el cual contiene palabras obscenas o vulgares, y los hermanos o hermanas las utilizan, presentando como excusa: ''Así decimos en mi país'' o ''Así decimos acá''.
¿Sabía usted que por cada grosería u obscenidad que sale de su boca su corazón se contamina?
''Lo que contamina a una persona no es lo que entra en la boca sino lo que sale de ella'' Mateo 15:11.
Jesucristo dijo: "El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca'' Lucas 6:45. Y reprendió a los fariseos, diciéndoles: "¡Generación de víboras! ¿Cómo pueden hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca'' Mateo 12:34.
¿Habla usted cosas buenas o malas?
Recuerde siempre que lo que usted habla es lo que está contenido en su corazón, y no sólo está contenido, sino que lo está en abundancia. El futbolista habla del futbol, los pilotos hablan de carreras, el empresario habla de negocios, el borracho habla necedades... y usted, que es cristiano, ¿sobre qué habla?
"No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gálatas 6:7).
Las buenas costumbres, los buenos modales o las buenas palabras que te enseñaron tus padres en muchos años, pueden desaparecer en un instante, si tu boca empieza a hablar palabras corrompidas o empiezas a tener malas conversaciones con las personas que te rodean.
Una pregunta para todos los varones los cuales sus padres son cristianos: ¿Te enseñó tu madre o tu padre a colocarte zarcillos, a sacarte las cejas, a colocarte piercings, a hacerte tatuajes, a pintarte el cabello, a fumar, a consumir drogas o alcohol, o a decir groserías?. Lo dudo. Pero si has caído en cualquiera de estas cosas no es porque tus padres te lo hayan enseñado, sino porque lo aprendiste fuera de tu casa, por medio de tus amistades o las personas que te rodean.
¿De qué le vale al hombre limpiar su boca de toda mala palabra, y que su corazón siga contaminado y sucio?
Querido hermano y amigo: Debes limpiar primero tu corazón para que así todo lo demás quede limpio.
Jesucristo dijo: "¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio. Mateo 23:26.
Borremos toda mala palabra de nuestro léxico. ¿Cómo podemos hacerlo? De la siguiente manera: Pidámosle al Señor que limpie nuestros corazones, para que así nuestra boca no vuelva a hablar cosas perversas u obscenidades.