Qué hacer frente a la tentación y cómo vencerla
La tentación forma parte del proceso de Dios para con nuestras vidas, ya que es a través de ello que demostramos si somos obedientes a Dios, o si nos dejamos dominar por el mal. Una vez entramos a ser parte del Reino de Dios aquí en la tierra, el poder que hay en Jesús viene sobre nosotros y somos investidos del Espíritu Santo, el cual nos capacita para vencer el pecado, el mundo y al diablo, sin embargo es asombroso ver como cuando el Espíritu de Dios vino sobre Jesús una vez que fue bautizado, le introdujo al desierto para ser tentado por el diablo.
Mateo 4:1 "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo". Una vez Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, se metió Satanás queriéndole hacer pecar, puesto que el diablo no respeta ni a su Creador, intentó seducir al mismo Jesús, cuanto mas lo hará con nosotros, esto es algo tremendo, el enemigo nunca te va a querer seducir a pecar cuando estés bien, fortalecido, bendecido, lleno de gozo, de paz, de abundancia; sino mas bien cuando estés en el desierto.
Ya que Dios nos atraviesa por el desierto para probarnos, pero es allí donde el enemigo aprovecha y mete las narices, con el propósito de hacer caer a los escogidos de Dios en el mal, lo asombroso de todo esto es que Jesús no le huyó, sino que lo enfrentó, Jesús no clamó al Padre, pero si dependió de la Palabra del Padre que había en El en ese momento.
Cuantas veces en frente de las tentaciones nos vemos privados de las armas que Dios nos dio, como lo es su palabra, para vencer todo embate del mismo diablo, podremos ver al pasar de este relato de la palabra de Dios, que el enemigo trató de seducirlo en cuatro áreas, en lo material, en las agallas, fama, y en las posesiones.
Lo poderoso de todo esto es que Jesús a todos sus ofrecimientos los contrarrestó con la Palabra de Dios, eso es lo que el Padre busca en estos tiempos, gente comprometida con Él, que no se da a los ofrecimientos del enemigo, que si bien son placenteros por un momento, pero así como vinieron se van, sin embargo, aquello que Dios da es perpetuo y no hay tiempo, edades ni circunstancias que lo desvanezcan.
Cuantos hijos de Dios se dejan envolver por la mentira, la malicia, concupiscencia, lujuria, malos pensamientos, y todos los ofrecimientos que el enemigo les hace, únicamente porque no se aferran a un arma poderosa que Dios nos dejo; este relato fue dejado en la Biblia amado hermano(a), para que tú y yo nos demos cuenta que es posible vencer al enemigo, que es posible salir victoriosos, que es posible avergonzar al diablo.
Es tiempo de que te levantes y ya no salgas con la cabeza abajo porque cediste al pecado y a la maldad, sino de que salgas con la frente en alto proclamando que si podemos, si Jesús el Hombre por excelencia lo hizo y nos dejo sus armas a nosotros, nosotros también podemos, el propósito de la tentación es que la venzas y no que ella te venza. Puesto que el Poder del Espíritu de Dios esta dentro de ti, posees la capacidad para vencer con el bien el mal, este es el momento de que tomes este principio de la palabra de Dios y ya no te dejes arrastrar por el enemigo hacia el mal.
Para cada ofrecimiento del maligno hay una Palabra de parte de Dios, por ello toma la Espada del Espíritu, para cortar todo ofrecimiento del maligno. Ora a Dios pidiendo sabiduría y así retener los principios de la Palabra para enfrentar al enemigo y salir vencedores.
Por Carlos Villarreal.