La zorra y el leñador: Que tus actos y tus palabras digan lo mismo
Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña.
Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra. El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron la señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra.
La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada. Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió:
--Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.
Moraleja: Nunca niegues con tus actos y obras, lo que tú pregonas con tus palabras o dichos.
Fábula de Esopo.
** Que importante es que nuestras palabras concuerden con lo que hacemos. No podemos decir "te aprecio" y con nuestros actos demostramos lo contrario. Lo que decimos debe reflejar la sinceridad de nuestro corazón, por lo tanto, nuestro actuar debe ser compatible con nuestros dichos.