Las siete prioridades de una mujer piadosa
¿Es correcto para una esposa trabaje fuera de casa? y ¿Cuáles son las prioridades de una esposa?
La cuestión de si una esposa debe trabajar fuera de casa no, puede ser contestada con un simple sí ó no. Esta debe ser respondida en el contexto de un claro entendimiento de las prioridades de Dios para la mujer.
Una prioridad fundamental para cada mujer cristiana es vivir en sensatez. En su nivel más básico una mujer sensata es aquella quien entendiendo las prioridades de Dios para su vida, vive una vida dominada y ordenada en conformidad con estas prioridades.
¿Cuáles son las prioridades de Dios para la mujer? Siete prioridades de una esposa piadosa son delineadas en Tito 2:3-5, donde Pablo exhorta a las mujeres mayores a enseñar “a las jóvenes a amar a sus esposos, y a sus hijos, a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la Palabra de Dios”.
Fallar en vivir de acuerdo a estas siete prioridades puede causar que la Palabra de Dios sea deshonrada. De manera contraria, una esposa quien ordena su vida conforme a estas prioridades honrará la Palabra de Dios.
Las Siete Prioridades de Una Esposa Piadosa
Primera, esposas amen a sus maridos. Este mandamiento es directo y no ambiguo. No hay condiciones ó excepciones. Esto no es simplemente que amar a sus esposos sea una virtud sino que no amarlos es un pecado. Pablo no se esta refiriendo al amor romántico ó sexual, aunque este tiene un importante y apropiado lugar en el matrimonio. El está hablando de un amor comprometido que las esposas piadosas escogen tener hacia sus maridos, de igual manera que los esposos piadosos deben tenerlo hacia sus esposas (Efesios 5:25, 28). La palabra Philandros es un nombre, aquí traducido amar… a sus esposos, y se refiere a un hecho voluntario, un amor determinado que no está basado sobre el valor de un esposo sino en el mandamiento de Dios y que es extendido por el corazón afectivo y obediente de una esposa. Aunque los esposos sean desamorosos, descuidados, infieles e ingratos deben ser amados. Esta clase de amor que debe existir entre los esposos incluye a los descalificados e irreverentes, siendo una amistad que es fuerte y profunda. Y cuando una esposa no tenga verdadero amor para su esposo, ella debe, en obediencia al Señor, estar dispuesta a amarle.
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Segunda, esposas amen a sus hijos. Ya sea que los niños sean su propia sangre ó adoptados, deben ser amados con un amor que, es semejante al amor entre los esposos, desinteresado y sacrificial. De la misma manera que amar a sus esposos, amar a sus hijos no es una opción. Dicho amor no está basado en la personalidad, inteligencia, atractivo ó valor sino en sus necesidades. La más importante responsabilidad de amar para los padres creyentes es dirigir a sus hijos al conocimiento salvador de Jesucristo. No obstante la admonición de Pablo es inclusiva. Madres amen a sus hijos en toda forma, práctica, física, social, moral y espiritual con un amor que no tiene condiciones ni limites. Este tipo de amor, debe ser completamente expresado, por lo que es extremadamente demandante para una madre buscar cumplir su obligación de criar a hijos piadosos (véase 1 Timoteo2:15).
Tercera, esposas sean sensatas. Esta es la misma cualidad que debe caracterizar a los ancianos (1:8), todos los ancianos mayores (2:2), y de hecho a todo los creyentes (2:12). El sentido común y el buen juicio se desarrollan con la edad, pero debería ser evidente aún en la adultez temprana.
Cuarta, esposas sean puras. Háganos (pura) se refiere principalmente a la pureza moral, y específicamente en este contexto, a la pureza sexual, fidelidad marital. De igual manera que las mujeres mayores, y de hecho como todas las mujeres cristianas, esposas jóvenes deben vestirse “decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas ni vestidos costosos. Que se adornen más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan servir a Dios” (1 Timoteo 2:9-10). “Modestia” se refiere a un sentido saludable de vergüenza, en todo lo que se diga, en todo lo que se haga ó en cualquier forma de vestir que pueda causar en un hombre lujuria. “Recato” se refiere al control moral, guardarse de las pasiones, especialmente dominar las pasiones sexuales. Primera de Pedro 3:3-6 da instrucciones similares para la mujer.
Quinta, esposas sean cuidadosas del hogar. Una de las cosas más difíciles para muchas mujeres contemporáneas es estar satisfecha con ser un ama de casa. Parte de la razón es que los aparatos electrodomésticos y otras conveniencias simplifican y reducen grandemente el trabajo en casa, y el tiempo que no es usado para algo constructivo inevitablemente produce aburrimiento, insatisfacción y a menudo incrementa las tentaciones. Mujeres quienes no tienen hijos ó quienes sus hijos han crecido obviamente tienen pocas obligaciones en casa y por lo tanto mucho más tiempo disponible, y el punto no es que el hogar sea el lugar de la mujer sino que su responsabilidad es para el hogar. Ella puede tener un trabajo razonable fuera ó elegir ministrar en la iglesia ó servir en una organización cristiana, un hospital, una escuela, ó en cualquier otra área. Pero la casa es el territorio especial de la esposa y siempre debe tener una alta prioridad. Aquí es donde ella está capacitada para ofrecer el suficiente ánimo y apoyo para su marido, es el mejor lugar para extender la hospitalidad a los amigos cristianos, los vecinos incrédulos, y a misioneros visitantes u otros obreros cristianos.
Respecto a ser amas de casa, las esposas jóvenes de hoy deben tener especial cuidado en ser sensatas, conforme ellas fueron amonestadas al principio de este versículo. En acuerdo con sus esposos, ellas deben usar el buen juicio al decidir cuánto tiempo pueden sabia y justamente gastar en las actividades fuera del hogar, ya sea en un trabajo pagado ó en alguna forma de servicio. Cuando ellas tienen un deseo genuino de obedecer y honrar al Señor en todas las cosas y conscientemente buscan la guía de su palabra y en oración, ellas pueden estar seguras que Él proveerá la sabiduría necesaria para tomar una decisión.
Sexta, esposas sean bondadosas, el significado de esta prioridad es obvio. Ellas deben ser gentiles, consideradas, amables, afables y simpáticas, aún con aquellos quienes no lo merecen y son ásperos para con ellas. Ser bondadosas es ser semejantes a Dios, “porque Él [Dios], dijo Jesús, “es bondadoso con los ingratos y malvados”(Lucas 6:35). De igual manera, Pablo exhorta a los creyentes a ser “bondadosos y compasivos uso con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” (Efesios 4:32).
Séptima y última, esposas deben ser sumisas a sus propios maridos. Al igual que todas las otras esposas cristianas, “sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo” (Efesios 5:22-24; Cf. 1 Timoteo 2:11-14).
No hay nada que prohíba específicamente a una mujer trabajar fuera de casa mientras ella esté cumpliendo con sus prioridades en el hogar (Proverbios 31).
Ya sea que una mujer trabaje ó no fuera de casa, el principal llamado de Dios para ella es administrar el hogar. Este es el más exaltado lugar para una esposa. El mundo está llamando a muchas mujeres modernas a salir de la casa, pero no el Señor. Su Palabra describe el rol de la mujer como la que está a cargo de los deberes domésticos. Este es un alto llamado, por mucho el futuro de los hijos de una mujer es más crucial que cualquier otra cosa que pueda hacer en un trabajo fuera del hogar.
La decisión final depende de cada mujer y debe ser hecha en sumisión a la autoridad de su esposo. Obviamente, una mujer soltera debe ser libre para trabajar y perseguir un empleo fuera. Una mujer casada que no tiene hijos es quizás un poco más restringida en la cantidad de tiempo y energía que ella puede dedicar a un trabajo externo. Una mujer quién es madre obviamente tiene su principal responsabilidad en la casa y no debería por lo tanto estar libre para perseguir un empleo fuera en detrimento del hogar. De hecho, desde una perspectiva paternal es difícil ver como una madre tendría la posibilidad de hacer todo lo que necesita hacer en casa con la crianza de los hijos, hospitalidad, cuidado de las necesidades y el servicio al Señor (Cf. 1 Timoteo 5:3-14) y seguir laborando en un trabajo externo. Desde luego, cualquier esposa quien cumpla con las prioridades de Dios en su vida como en el hogar será una mujer ocupada. Sin embargo, sus hijos y su esposo se levantarán y la bendecirán, porque la mujer que teme al SEÑOR será alabada. (Proverbios 31:28, 30).
Por: John MacArthur.