Las supersticiones en la vida de un cristiano se oponen a Dios
"Remedios de viejas, pensamientos mágicos… La necesidad de exorcizar lo desconocido es tan vieja como el mundo, y nuestra sociedad del siglo XXI no se escapa", escribió un periodista.
"Otorgar poder a los objetos es una vieja costumbre humana, que viene de la necesidad de tratar de influir sobre lo desconocido y dar una explicación a las dudas", explicó un psicoanalista. Comprar amuletos es una práctica que hoy día se halla en todas las capas de la sociedad, a veces aun en los que dicen ser cristianos, como si un talismán, por ejemplo una medalla, pudiera "forzar la mano de Dios".
Todas estas prácticas son supersticiones, fábulas y mentiras, pero bajo apariencias inofensivas el diablo se sirve de ellas para esclavizar a los que se entregan a ellas, pues se oponen a Dios y alejan de Él.
La fe no es un pensamiento mágico, sino la confianza en Dios, no en un Dios fruto de la imaginación humana, sino en el Dios que se revela en su Palabra. No se esconde bajo aspectos oscuros u ocultos, sino que se dirige directa y personalmente a cada uno con amor: “Mirad a mí, y sed salvos” (Isaías 45:22).
Cuando en plena noche el Señor Jesús se acercó a los discípulos asustados por la tempestad en el mar de Galilea, ellos creyeron ver un fantasma, pero en seguida Jesús los tranquilizó dándose a conocer claramente: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (Mateo 14:27).
Que hoy tomes la decisión de no creer en supersticiones ni objetos, cree en Jesucristo quien es la luz de la vida.
(Dios dijo) No hablé en secreto, en un lugar oscuro. Isaías 45:19.
No os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas. 2 Pedro 1:16.