La soledad puede destruir tu vida
Cuando vengan a su vida períodos depresivos, lo más aconsejable es salir del mutismo y la soledad en los que con frecuencia nos encerramos, y abrirnos paso a la vida.
Recuerde siempre que las tormentas no son para siempre y no hay problema tan grande que no tenga solución.
A personas inmersas en la depresión, la angustia, la sensación de encontrarse en un callejón sin salida y de sentirse incomprendidos, el Señor Jesús les dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”. (Mateo 11:28, Nueva Versión Internacional)
El pasaje nos enseña tres cosas:
1.- Todo ser humano está expuesto a enfrentar pesadas cargas; algunas producidas por sus propios errores y otras, fruto del mundo que le rodea.
2.- Todo ser humano tiene dos opciones: seguir arrastrando la carga solo o entregarla en manos del amado Salvador.
3.- Una vez entregamos la carga en manos de Jesucristo, es necesario que nos dispongamos a descansar. Sólo de esta manera, la paz reinará de nuevo en nuestro corazón y tendremos una perspectiva distinta del mundo.
Jesucristo nos acompaña siempre
Usted y yo no estamos solos, no importa cuál sea la situación por la que atravesamos. Él nos acompaña y quiere ayudarnos, si se lo permitimos.
Cuando se despedía de sus discípulos, el Señor Jesús hizo una promesa extraordinaria que trasciende hasta hoy. El les dijo: “...les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20 b. Nueva Versión Internacional).
Si alguna vez siente que llegó a una encrucijada, que nadie escucha sus ruegos ni se compadece de su angustia y desesperación, recuerde que el Señor Jesús le acompaña. No está solo. Nunca lo estará. Vuelva su mirada a Cristo... El jamás lo abandonará.
¿Ya se decidió por la vida eterna?
Hay otra decisión sumamente importante para usted, y es el lugar en el que pasará la eternidad. Al leer la Biblia encontramos dos opciones: muerte eterna o eternidad con Dios. Si se inclina por la segunda, hoy es el día para que de un paso fundamental: recibir al Señor Jesucristo en su corazón.
¿Quiere hacerlo ahora? Dígale: “Señor Jesucristo, gracias por morir en la cruz por mis pecados, para traerme perdón. Te recibo hoy en mi corazón como Señor y Salvador. Haz de mil lo que tú quieres que yo sea. Amén”.
¡Lo Felicito! Es la mejor decisión que usted ha podido tomar. Ahora tengo tres recomendaciones fundamentales:
1.- Ore cada día. Desarrolle intimidad con Dios a través de la oración.
2.- Lea la Biblia diariamente. Aprenderá principios maravillosos para crecer en la fe.
3- Comience a reunirse en una iglesia cristiana. Es fundamental en su vida cristiana práctica. Por: Fernando Alexis Jiménez.