Lo más importante que una madre puede dar a sus hijos
El mayor regalo que una madre piadosa puede dar a sus hijos, es enseñarles los principios de la fe. ¿Ven de verdad sus hijos en las palabras y decisiones suyas, una enseñanza piadosa? Los padres son los primeros guías espirituales de sus hijos. Pero, si ellos no los enseñan, otros lo harán. No podemos definitivamente ignorar nuestra responsabilidad de instruir a nuestros hijos en el camino que deben andar (Proverbios 22:6).
Cada persona nace como una “pizarra en blanco”, que desarrolla un sistema de valores que filtra todo lo que entra en su mente, a medida que crece. Un niño por el cual se haya orado, y haya sido enseñado en las cosas de Dios, verá al mundo como es en realidad. Pero el que haya sido programado por la cultura secular o por otra religión, verá a la vida a través de la vista distorsionada de otros que no conocen a Dios.
Los pastores y los maestros de la Escuela Dominical pueden ayudar a formar el filtro de un niño, pero no pueden hacer todo el trabajo. Los padres tienen la responsabilidad de invertir lo necesario en tiempo, paciencia y amor para que sus hijos e hijas lleguen a ser hombres y mujeres temerosos de Dios. Enséñenles principios bíblicos, háblenles del Señor y de sus caminos, y muéstrenles cómo es una vida de rectitud, con el ejemplo de ustedes. En otras palabras, sean la clase de creyentes que ustedes esperan que lleguen a ser sus hijos.
Enviar a un niño al mundo sin un fundamento bíblico, es como lanzarlo a una guarida de leones desarmado y sin protección. Los pequeños no pueden diferenciar entre la verdad y el error, porque su filtro es todavía inmaduro.
Los padres deben defender las mentes de sus hijos del ataque del mundo, hasta que ellos sean capaces de enfrentar los retos por sí mismos. Autor: Charles Stanley