Versículos bíblicos para la adolescencia
Eclesiastés 11:9-10. Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tenga placer tu corazón en los días de tu juventud. Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Dios te traerá a juicio. Quita, pues, de tu corazón la ansiedad, y aleja de tu cuerpo el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
Eclesiastés 12:1. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud: antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: "No tengo en ellos contentamiento";
Éxodo 20:12. "Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
Proverbios 3:1-6. Hijo mío, no te olvides de mi instrucción, y guarde tu corazón mis mandamientos; porque abundancia de días y años de vida y bienestar te aumentarán. No se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello. Escríbelas en las tablas de tu corazón, y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres. Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.
Proverbios 1:7-11. El temor de Jehová es el principio del conocimiento; los insensatos desprecian la sabiduría y la disciplina. Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no abandones la instrucción de tu madre; porque diadema de gracia serán a tu cabeza y collares a tu cuello. Hijo mío, si los pecadores te quisieran persuadir, no lo consientas. Si te dicen: "Ven con nosotros; estemos al acecho para derramar sangre y embosquemos sin motivo a los inocentes...
Proverbios 4:1-4. Oíd, hijos, la enseñanza de un padre; estad atentos para adquirir entendimiento. No abandonéis mi instrucción, porque yo os doy buena enseñanza. Pues yo también fui hijo de mi padre, tierno y singular delante de mi madre. Y él me enseñaba y me decía: "Retenga tu corazón mis palabras; guarda mis mandamientos y vivirás".
Proverbios 4:14-15. No entres en el sendero de los impíos, ni pongas tu pie en el camino de los malos. Evítalo; no pases por él. Apártate de él; pasa de largo.
Proverbios 6:20-24. Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no abandones la instrucción de tu madre. Atalos siempre a tu corazón, y enlázalos en tu cuello. Te guiarán cuando camines; te guardarán cuando te acuestes, y hablarán contigo cuando te despiertes. Porque el mandamiento es antorcha, y la instrucción es luz. Y las reprensiones de la disciplina son camino de vida. Te guardarán de la mala mujer, de la suavidad de lengua de la extraña.
Proverbios 13:18. Pobreza y vergüenza tendrá el que desprecia la disciplina, pero el que acepta la reprensión logrará honra.
Proverbios 15:31-32. El oído que atiende a la reprensión de la vida vivirá entre los sabios. El que tiene en poco la disciplina menosprecia su vida, pero el que acepta la reprensión adquiere entendimiento.
1 Corintios 15:58. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro arduo trabajo en el Señor no es en vano.
Efesios 6:10-11. Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis hacer frente a las intrigas del diablo;
Efesios 6:1-3. Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa) para que te vaya bien y vivas largo tiempo sobre la tierra.
2 Timoteo 2:22. Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz con los que de corazón puro invocan al Señor.
Proverbios 13:18. Pobreza y vergüenza tendrá el que desprecia la disciplina, pero el que acepta la reprensión logrará honra.
Proverbios 15:31-32. El oído que atiende a la reprensión de la vida vivirá entre los sabios. El que tiene en poco la disciplina menosprecia su vida, pero el que acepta la reprensión adquiere entendimiento.
1 Corintios 15:58. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro arduo trabajo en el Señor no es en vano.
Efesios 6:10-11. Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis hacer frente a las intrigas del diablo;
Efesios 6:1-3. Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa) para que te vaya bien y vivas largo tiempo sobre la tierra.
2 Timoteo 2:22. Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz con los que de corazón puro invocan al Señor.
Daniel 1:8. Pero Daniel se propuso en su corazón no contaminarse con la ración de la comida del rey ni con el vino que éste bebía. Pidió, por tanto, al jefe de los funcionarios que no fuera obligado a contaminarse. 9 Dios concedió a Daniel que se ganara el afecto y la buena voluntad del jefe de los funcionarios,
Daniel 3:16-18. Sadrac, Mesac y Abed_nego respondieron y dijeron al rey: Oh Nabucodonosor, no necesitamos nosotros responderte sobre esto. Si es así, nuestro Dios, a quien rendimos culto, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, que sea de tu conocimiento, oh rey, que no hemos de rendir culto a tu dios ni tampoco hemos de dar homenaje a la estatua que has levantado.
Daniel 3:16-18. Sadrac, Mesac y Abed_nego respondieron y dijeron al rey: Oh Nabucodonosor, no necesitamos nosotros responderte sobre esto. Si es así, nuestro Dios, a quien rendimos culto, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, que sea de tu conocimiento, oh rey, que no hemos de rendir culto a tu dios ni tampoco hemos de dar homenaje a la estatua que has levantado.
Génesis 39:6-9. Era José de bella presencia y de hermoso semblante. Y sucedió después de estas cosas, que la mujer de su señor puso sus ojos en José y le dijo: Acuéstate conmigo. El rehusó y dijo a la mujer de su señor: He aquí que mi señor, teniéndome a mí, no se preocupa de nada de cuanto hay en la casa. Ha puesto en mis manos todo cuanto tiene. No hay otro superior a mí en esta casa; y ninguna cosa se ha reservado, sino a ti, porque eres su mujer. ¿Cómo, pues, haría yo esta gran maldad y pecaría contra Dios?