Debemos prepararnos para conseguir la victoria en Cristo
Debemos prepararnos para el día de la batalla, y no en el día de la batalla.
La sabiduría radica en saber anticiparnos.
Debemos comprender que Dios es el que da la victoria, pero no el que alista el caballo. El caballo debe ser alistado por nosotros.
Dios le dio la victoria a Noé el día del diluvio, pero Dios no construyó el arca, esta fue construida por Noé, no el día que comenzó a llover, sino muchísimo tiempo antes.
No se estudia el día del examen, se estudia para el día del examen.
Uno no prepara su matrimonio el día que queda el nido vacío, se debe preparar antes.
Uno no piensa qué va a hacer el día que se jubila, lo debe pensar mucho antes de jubilarse.
Las oportunidades también son aprovechadas por los que están preparados antes de que la oportunidad aparezca, como las vírgenes sabias que estaban con su lámpara encendida.
Necesitamos comprender este principio a la hora de educar a nuestros hijos y de formar a nuestros discípulos, enseñándoles para que sepan alistar el caballo ante cada batalla que tengan que librar.
Dedícate a alistar los caballos para cada batalla, recordando que la anticipación es un elemento fundamental para la victoria, y enséñale también a tus hijos y nuevos creyentes este principio, te lo agradecerán siempre.
Prepárate para la batalla, alista el caballo para conseguir la victoria ante las distintas circunstancias de la vida.
La sabiduría radica en saber anticiparnos.
Debemos comprender que Dios es el que da la victoria, pero no el que alista el caballo. El caballo debe ser alistado por nosotros.
Dios le dio la victoria a Noé el día del diluvio, pero Dios no construyó el arca, esta fue construida por Noé, no el día que comenzó a llover, sino muchísimo tiempo antes.
No se estudia el día del examen, se estudia para el día del examen.
Uno no prepara su matrimonio el día que queda el nido vacío, se debe preparar antes.
Uno no piensa qué va a hacer el día que se jubila, lo debe pensar mucho antes de jubilarse.
Las oportunidades también son aprovechadas por los que están preparados antes de que la oportunidad aparezca, como las vírgenes sabias que estaban con su lámpara encendida.
Necesitamos comprender este principio a la hora de educar a nuestros hijos y de formar a nuestros discípulos, enseñándoles para que sepan alistar el caballo ante cada batalla que tengan que librar.
Dedícate a alistar los caballos para cada batalla, recordando que la anticipación es un elemento fundamental para la victoria, y enséñale también a tus hijos y nuevos creyentes este principio, te lo agradecerán siempre.
Prepárate para la batalla, alista el caballo para conseguir la victoria ante las distintas circunstancias de la vida.