Reflexión: El origen del hombre - Dios el supremo creador
Según los evolucionistas, el hombre desciende de un pez o de un simple molusco. ¡La verdad es que no habría mucho de qué estar orgulloso! ¡Y antes del molusco, una célula! Suponiendo que una teoría así sea cierta, siempre hay que remontarse a la causa suprema, que sería el origen de la evolución: ¿quién formó la primera célula?
Por otro lado, ¿qué mente sensata y lógica aceptaría creer que una acumulación de moléculas dispuestas de cierto modo pueda producir el pensamiento? ¿Realmente puede ser que éste dimane de una aglomeración de elementos provenientes de no se sabe dónde, los cuales, bajo efectos de fuerzas desconocidas, se fuesen transformando poco a poco en órganos y finalmente hubiesen formado al hombre?
No, el Dios todopoderoso e inteligente hizo al hombre a su imagen; de ahí que éste tenga impresa en sí la idea de Dios. Y esto prueba la existencia de este Ser supremo. El hombre se degradó y se convirtió en lo que es, inmoral y malo, pero Dios lo creó recto. ¿El hombre es realmente «Sapiens, sapiens»?
La Biblia nos recuerda que el temor de Dios es el principio de la verdadera sabiduría, y que la inteligencia está en el conocimiento de Dios (Proverbios 9:10).
Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé. – Isaías 45:12.